El gran desarrollo experimentado en los últimos años en España por las energías renovables, sobre todo la eólica, llevó al operador del sistema eléctrico español (REE) a emprender en 2006 una iniciativa pionera en el mundo; la creación del Centro de Control de Régimen Especial (CECRE) con la misión de integrar en el sistema eléctrico español la máxima producción de energía renovable en condiciones de seguridad.
Esta evolución de las energías renovables se aprecia claramente en las siguientes cifras:
- En 2009 el 33% de la demanda eléctrica española se cubrió con energías renovables.
- En 2013 este porcentaje se elevó al 40,6% muy cerca ya del 42,3% fijado como objetivo a alcanzar en el “Plan de Energías Renovables 2011-2020”.
Estas cifras de producción energética están relacionadas con la posición que España ocupa en el ranking de países con mayor potencia eólica instalada; a finales de 2013 España ocupó el 4º puesto a nivel mundial:
- China 91.324 MW 1.351 millones (1º) 9.597.000 (3º)
- USA 61.108 MW 316 millones (3º) 9.371.000 (4º)
- Alemania 34.660 MW 80 millones (16º) 357.000 (63º)
- ESPAÑA 22.959 MW 47 millones (27º) 505.000 (52º)
- India 20.150 MW 1.241 millones (2º) 3.288.000 (7º)
Resulta interesante en esta estadística comparar estos mismos países en cuanto a su posición en número de habitantes y en extensión (en kilómetros cuadrados) situándose en este caso, como se puede comprobar, Alemania y España lejos del top 10.
Otro dato significativo para ver la rápida evolución de las energías renovables, y en concreto de la eólica, es que en el año 2000 la potencia eólica instalada en nuestro país apenas superaba los 2.000 MW, frente a los mencionados casi 23.000 MW del año 2013.
Estos 23.000 MW suponen aproximadamente el 72% del total de potencia instalada de energías renovables que se sitúa, a finales de 2013, en unos 32.000 MW de los que aproximadamente 6.500 MW, el 20,3% son de energía solar (4.500 MW fotovoltaicos y 2.000 MW termoeléctricos aproximadamente).
Estos son sólo algunos de los datos que permiten concluir que el crecimiento de la energía eólica en España en los últimos años ha sido espectacular.
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