Conocido y respetado por los norteamericanos como uno de los fundadores de los Estados Unidos, en Europa se le valoró más como científico sobre todo en el campo de la electricidad.
Su familia pertenecía a los primeros colonos que, procedentes de Inglaterra, y huyendo de la represión religiosa originada por la restauración de los Estuardo, se instalaron en las colonias del otro lado del Atlántico. De hecho su abuelo paterno, Peter Fulger, se encontraba entre los primeros emigrantes que desembarcaron en 1620 y participaron activamente diez años después en la fundación de Boston. Es en esta ciudad del estado de Massachusetts donde nacería Franklin el 17 de enero de 1706.
Su padre, Jonás, se casó muy joven con su primera esposa y se trasladó a Nueva Inglaterra en 1682. Algunos años más tarde volvió a casarse, ahora con Abiah Fulger. De los tres hijos del primer matrimonio y los catorce del segundo, Benjamín ocupaba el lugar decimoquinto.
A Benjamin Franklin puede considerársele un auténtico autodidacta ya que debido a las limitaciones económicas de su padre (que era un maestro de jabones y velas) y de las colonias (como consecuencia de las duras restricciones aplicadas por la metrópoli) su asistencia a la escuela no superó el año. A pesar de todo ello tenía buenos conocimientos de los autores clásicos, conocía diversos aspectos de ciencia y filosofía y en lo que respecta a los idiomas dominaba además del inglés, el español, italiano, alemán y francés junto al latín, lengua culta de la época.
El pragmatismo del padre, además de sus dificultades económicas, hicieron que abandonase la idea de darle estudios superiores para dedicarse a la religión. Después de una breve estancia en una escuela elemental de escritura y aritmética a la edad de 10 años empezó a trabajar en la industria de su padre para entrar a los 12 años como aprendiz de impresor en Boston, en la empresa de su hermano James.
Con apenas 17 años comienza a publicar artículos en el periódico “The New England Courant”, editado en la imprenta donde trabajaba, con el pseudónimo Mr. Silence Dogood. En él ya expone las ideas fundamentales de su vida: libertad de pensamiento y libertad de palabra.
Los problemas con su hermano le llevaron a abandonar la empresa, marchar a New York, y al no encontrar trabajo de impresor, seguir hasta Filadelfia, ciudad de gran importancia en la vida de Franklin.
Cuando cumple 42 años, en 1748 se retira gracias a la gran riqueza acumulada para dedicarse a sus dos grandes pasiones; la ciencia y la política.
La importancia de su aportación a la electricidad lo demuestra que después de algunos enfrentamientos con los miembros de la Royal Society estos lo hicieron miembro de la institución, votando incluso la dispensa del pago de la cuota habitual (25 guineas) necesaria para recibir los anales y memorias. Dado el enorme prestigio de la Royal Society en el terreno científico, este hecho supuso un reconocimiento a sus teorías y experimentos.
En el terreno político tomó partido por los “rebeldes” americanos frente a Inglaterra. Después de muchos problemas entre unos y otros, las trece colonias originales que constituyeron los trece primeros estados de la Unión se reunieron el 5 de septiembre de 1774 en Filadelfia formando el primer Congreso Continental. En él se acordó mandar un memorándum al monarca inglés por mediación de Benjamín Franklin (lo que demostraba su prestigio a uno y otro lado del Atlántico), pero el documento no obtuvo respuesta. Como consecuencia, también en Filadelfia, se convoca y reúne el segundo Congreso Continental el 10 de mayo de 1775. De sus conclusiones surge la Declaración de Independencia del 4 de julio de 1776.
El comité que redactó el transcendental documento, que fue revolucionario en su época por marcar las pautas de un nuevo orden político, estaba constituido por cinco miembros, entre ellos Benjamín Franklin y Thomas Jefferson.
La Declaración de Independencia supuso el inicio de la famosa “Guerra de Independencia” contra el Imperio Británico (que tuvo lugar entre 1775 y 1783, finalizando con la derrota británica en la batalla de Yorktown y la firma del Tratado de París) en la que se le encomendó a George Washington la organización del ejército del nuevo país por parte del Congreso y al mismo tiempo a Benjamín Franklin la tarea de la diplomacia de la Unión. De alguna manera el científico puso la semilla de lo que hoy en día es la poderosa Secretaría de Estado.
Benjamin Franklin murió en Filadelfia (Pensilvania) a los 84 años, el 17 de abril de 1790 , siendo seleccionado en el año 1900 como uno de los miembros de honor de la Galería de la Fama de los grandes pro-hombres norteamericanos.
Y es que hay prohombres y prohombres… aunque sean de Quintueles!
Continuará…