Desde el año 2002, en que se instaló la primera Central de Ciclo Combinado en San Roque (Cádiz), 67 grupos, distribuidos en 35 centrales, se han instalado en 13 de las 17 Comunidades Autónomas (tan solo Extremadura, Cantabria, Madrid y Castilla y León no tienen instalado ninguno).
La inversión realizada por las compañías eléctricas en estos años ha sido del orden de 15 mil millones de euros.
En el año 2008 las centrales de ciclo combinado llegaron a producir el 32% de la energía eléctrica generada en España frente al 16% de las centrales térmicas de carbón. A finales de 2013 los porcentajes habían variado notablemente siendo el 9% de la energía generada producida mediante gas frente al 14% que se generó mediante carbón.
Hay que tener en cuenta que los 67 ciclos combinados suman una potencia de 26.251 MW (el 25% del total).
Dentro de la bajada generalizada en la generación de energía por parte de las centrales de ciclo combinado cabe destacar la central de Soto de Ribera, en Asturias, (con dos grupos; grupo IV de 432 MW y grupo V de 434 MW) la cual registró la mayor caída con un 55,7%.
La actividad de los ciclos combinados está bajo mínimos. En 2008, el factor de utilización se situó en el 52%; mientras que en el año 2012 cayó hasta el 19%. Trabajando en el primer trimestre de 2013 por debajo del 10% de su capacidad. La bajada en la demanda de energía debido a la crisis y el aumento de las energías renovables en los últimos tiempos hace que estas centrales estén funcionando por debajo de las 900 horas, cuando fueron pensadas para hacerlo 5.000 horas.
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